DURMIENDO SUEÑOS MUERTOS SOBRE UN ESTRUCTURADO COLCHON DE SUPUESTOS (oleo de Pancho Medel Pizarro) Antes de suponer ya prejuiciamos que sabemos.
Cadenas que se vuelven sonámbulas ante el diario
ejercicio del ceso.
Siempre atadas a la pata más firme del pensamiento
que sólo aspira a saber, a conocer.
NO dormir, ¡ejercer!
¡¡Tan sólo prejuiciar hasta imponer!!
Mientras tu cuerpo único clama descanso…
te encadenas más y más a la contra alterando los sentidos
despertando el meditar, sin dejar de rumiar excitado
en el mapa congénito, preguntándote,
sin esperar respuestas supuestas:
¿realmente alguien ama?,
¿verdaderamente existe ese amor arrasante
cuando miramos en nuestro espejo
y vemos el reflejo de otro espejo,
tanto o más apagado que el propio?,
o ¿es el amor nada más qué una forma
de fusionar nuestros egoísmos reciprocos?,
¿una manera romántica y violenta
de aprovecharnos tomando del otro el "color" que no poseemos?.
Porque nunca es
demasiado tarde,
demasiado oscuro,
demasiado lejos
demasiado poco
para meter los dedos en la niebla,
para chapotear en el barro,
para darle con la contra a la vida
y lanzarse sin mapas, sin planos, sin brjulas, al vacío,
pagarle con su propia y engañosa moneda.
Porque la existencia no es nunca lo que tú quieres
Sino un montón de regalos, de esos que no gustan:
Trabajo, pobreza, miseria, cargas, cuentas,
cobros, enfermedades, soledad, desamor, pestes, alergias,
hijos que se vuelven cuervos sacándote la plata del bolsillo.
Mujeres recauchadas que piden y piden,
hombres a medio filo mirando siempre pal lado
Y mucha, mucha traición,
porque de eso sobra en este mercado de la carne enferma,
En esta "larga y angosta faja de envidia"
donde la soledad que sobrevive a la muerte de los sueños,
va de yapa.
Y con tono insondable …aún… nos alienamos a agregar:
“VIVA CHILE”
¡pero SÍ…! ¡SÍ! se vive cargando y vendando las heridas.
Amparado por desprecio y compasión.
Porque “uno agoniza ante la felicidad”;
se deja acariciar
por el canto de las feromonas,
por el aroma del pecado,
por alientos, y prestados humores
sin vislumbrar que
la vida es un poema a tajo abierto que no cierra jamás
o, sencillamente, ignoramos el precio que –malditos de fábrica- debemos pagar....
y la libertad nos ahoga cuando algo genéticamente
persistente e indisoluble, nos empuja a mordisquear perennemente
la locura de ser dos.
Esa misma que nos permite indultarnos
como victimas de nuestras propias decisiones
que empujadas o no,
nos hacen soñar en que tenemos las riendas y el cincel de nuestro arte.
Cuando es precisamente el mañoseado verbo procreador,
de nuestra incompleta semilla,
el que nos zarandea de aquí allá,
por entre los más circunstanciales senderos del gusto y desgaste
que significa y rodea, la maldición de buscar,
entre otras acciones más o menos placenteras y profundas,
el súper mañoseado ejercicio del sexo.
Ese que acarrea la angustia expuesta
y enterrada en sarcofagos de supuestos.