PALABRAS QUE QUITAN

Por el lápiz muere el poeta.

Hay que preguntar rápido
antes que se retuerzan los labios:
¿habrá alguien que no aspire a
mojarse con lluvias de letras?

Con todo cielo a charco
compareció el Abecedario
dos van; una vuelve
y se ahogó en mi oído.

Manuscritos sedientos de luz
Entre símbolos acomodan
EL triste polvo de
¡Pávidos versos!


Poquita pena
Poquita sombra
Poquita vida

¡Existe una eternidad para escribirlo
y gomas para borrar!

LA PERSIANA QUE DIVIDE

para reírme soy enteramente egoísta
digamos autobiografica.

Se que algunos no podemos ser héroes
ni respirar orgasmos todo el tiempo
pero... he aprendido:
dos tipos de hombres existen
los que matan, y
los que desmayan al disparo.

Tan de verdad como la sonrisa sellada
sobre tu balance que arroja ironías
Tan de verdad como tu dormir de ojo abierto
sobre el pan asegurando la vida.

Entre platos racionados y gotitas de luna,
con demencia de pájaro evaporando a cero
hechizo tu alimento a espaldas del minutero
La muerte rápida
se harta de competencias
sin horario, ni honorario.
Entonces, cansada de adivinar constantemente
tu rostro fraccionado horizontal
tras la persiana que divide
queriendo tocar el deseo
Juzgo que todos no podemos ser héroes
ni respirar orgasmos todo el tiempo.

F I N A L M E N T E

“Es tan lejos pedir,
tan cerca saber que no hay”
A. Pizarnik

Tirada
queda una estría en el desierto
No quejarse
ES
¡Saber que no!
Finalmente enterrar
para no reparchar
los incomprensibles del cuerpo.
Cerrar la sangre abierta
por donde deslizó la noche incompleta
cosechando hombrecitos de papel.

Apostamos
trofeos de perdedor
¡Con locura de ganador!
Porque seríamos
¡Seríamos!
Beberíamos del fruto bisiesto
¿Y El?
¡El sanaría nuestro costado abierto!